Protesta en Colón.
Vecinos de Colón encabezaron el domingo una nueva marcha hacia el Puente Internacional “José Gervasio Artigas” para expresar su rechazo al proyecto de instalación de una planta de hidrógeno verde y producción de metanol en la localidad uruguaya de Paysandú, debido a los riesgos ambientales y sociales que presenta la iniciativa de la firma HIF Global.
La concentración principal se desarrolló en la Ruta Nacional 135.
Descontento
“La inquietud está aumentando porque la planta todavía no tiene autorización de instalación, pero entendemos que es el momento oportuno para prestar este desacuerdo, porque conspira contra la decisión que tiene la población de Tierra de Palmares, Colón, San José, Pueblo Liebig y demás comunidades que apuestan a otro tipo de desarrollo, y no precisamente a convivir con una producción de combustibles”, explicó el ambientalista Carlos Serrati.
Serrati advirtió que "los riesgos ambientales son múltiples y están ligados al comportamiento del río Uruguay y, sobre todo, a la cercanía de la planta con la ciudad y los procesos atmosféricos que se dan entre ambas orillas: los vientos soplan permanentemente del sector este, por ende, cualquier situación negativa la recibiríamos en Colón”.
Para el ambientalista, la situación "se percibe como una pérdida de soberanía” porque -según fundamentó- "las condiciones a las que queda sometida la región son de bajas en las actividades económicas dado que, difícilmente una persona visite, veranee o descanse en un lugar con una estética industrial con cuatro chimeneas de 80 metros quemando combustible de manera permanente, sumada a otras destinadas a la captura de dióxido de carbono y un frente costero de 3.500 metros, frente a la ciudad de Colón".
Según remarcó, pese a haber advertencias desde marzo, “en lugar de revisar el proyecto, aumentaron la altura de las chimeneas y la capacidad de producción, lo que evidencia una falta de seriedad en todo el proceso”.
Asimismo, Serrati cuestionó la falta de respuestas desde las autoridades uruguayas. “Pedimos que se evalúe la relocalización porque sino vamos camino a un conflicto, un callejón sin salida, sin una resolución ordenada como debería existir entre dos comunidades vecinas", señaló. Y agregó: "Ya vivimos una experiencia similar y ninguno de los dos pueblos quiere repetirla. Incluso en Paysandú nos transmitieron que tampoco confían en que este proyecto sea una solución”.
Empresa
La empresa "incumplió varios acuerdos asumidos, especialmente con la comunidad de Colón, nos pidieron presentar documentos para responder por escrito a las inquietudes planteadas en la audiencia pública realizada en Paysandú, pero luego afirmaron que no estaban obligados a contestar y que solo responderían al Estado uruguayo”, cuestionó el ambientalista.
“Hay cuestiones que no se manejan con la transparencia necesaria”, señaló Serrati; e indicó que el aumento de capacidad productiva, la altura de las chimeneas y la tala de monte nativo generaron más inquietudes en la población.
En la convocatoria del domingo, más de 20 organizaciones de Colón firmaron un documento común y se sumaron concejales y representantes de comunidades cercanas.
“La situación se percibe como un avasallamiento y una pérdida de soberanía en las decisiones internas de este lado de la frontera, porque las actividades que se autoricen en Uruguay van a impactar directamente en nuestra comunidad. Hablamos de riesgos para la salud, efectos económicos, cambios culturales y posibles tensiones entre poblaciones; cada uno de estos puntos necesita una revisión profunda”, sostuvo Serrati.
Y advirtió que la "incredulidad se transformó en inquietud y ayer empezó a aparecer el enojo, por lo que "irremediablemente, estamos caminando hacia un conflicto”.
Fuente: El Once.