

Exactamente a las 10 de la mañana de este viernes, partió desde la Jefatura Departamental de Policía de Concordia la camioneta de la Policía de Entre Ríos que había trado a Pablo Laurta a la ciudad el pasado lunes. En esta oportunidad, el vehículo emprendió el mismo recorrido, pero en sentido inverso, llevando al detenido nuevamente hacia la localidad de Gualeguaychú.
Laurta, ciudadano uruguayo, está acusado del doble femicidio ocurrido en la provincia de Córdoba y en la desaparición y muerte del chofer Martín Palacio, conductor del Toyota Corolla blanco al que el acusado se subió eb la Terminal de Ómnibus de Concordia. Ese vehículo fue posteriormente hallado completamente incendiado en territorio cordobés, y el cuerpo del chofer apareció desmembrado en el trayecto que siguió el rodado.
La breve frase ante los medios
Durante el procedimiento de traslado, y ante la presencia de medios locales, entre ellos un cronista de Diario Río Uruguay, el recluso alcanzó a pronunciar una corta frase: “me tapan para que no hable”. Fue lo único que dijo antes de ser subido al móvil policial que partió escoltado hacia el sur entrerriano.
Según pudo documentar un fotógrafo de Diario Río Uruguay, Laurta había pasado la noche en una celda de la Comisaría Segunda de Concordia, donde permaneció alojado desde la tarde del jueves, tras habérsele dictado una prisión preventiva de 120 días en el marco de la investigación judicial que se sigue por los hechos cometidos tanto en Córdoba como en Entre Ríos.

La historia criminal de Pablo Laurta mantiene en vilo a las autoridades judiciales y policiales, dado el carácter interjurisdiccional del caso y la violencia de los hechos. La reconstrucción de su itinerario —que abarcó Montevideo, Salto, Concordia, Córdoba y Gualeguaychú— sigue siendo clave para los investigadores que intentan determinar la secuencia completa de los crímenes y el móvil detrás de ellos.