El Centro de Jubilados de Plaza Sol fue escenario del primer examen anual de taekwondo del Instituto “General Choi”, una instancia fundamental dentro del proceso formativo de esta disciplina. La evaluación correspondió a cinturones blancos y contó con la participación de alrededor de 12 alumnos que integran el grupo de artistas marciales, quienes demostraron dedicación, entusiasmo y una marcada pasión por el taekwondo.
Durante la jornada, los practicantes debieron superar diversas exigencias técnicas y formativas, propias de este primer escalón en la carrera marcial, logrando así la tan anhelada graduación. El examen representó un momento clave no solo desde lo deportivo, sino también en el crecimiento personal de cada alumno, reforzando valores como el respeto, la constancia y la superación.
La escuela se encuentra a cargo del instructor Busabonim Diego Miño, quien desarrolla su labor con el aval del Master 8° Dan Miguel Ángel Paccot, vicepresidente de la Asociación de Taekwondo de la República Argentina (A.T.R.A) y presidente del comité de disciplina de la entidad. Paccot es, además, una figura histórica del taekwondo nacional, reconocido por haber introducido esta disciplina en la costa del Uruguay durante la década del 80 y fundador de la escuela Yoo Sin.
Jornada de aprendizaje
La mesa evaluadora estuvo integrada por la Sabonim Eugenia Paccot, el Sabonim Hernán Gámez Schwidt y el Busabonim Alejandro Zanuttini, y fue dirigida por el Master Miguel “Lito” Paccot. El evento contó con una destacada concurrencia de padres, familiares y practicantes de distintas edades, quienes acompañaron y respaldaron a los alumnos en este importante paso de su formación.
Al finalizar la jornada, el instructor Diego Miño expresó su emoción por este regreso a la enseñanza. “Este examen es muy importante para mí, teniendo en cuenta que hace 10 años por motivos personales dejé de dictar clases, pero siempre seguí entrenando. Hoy volver a un dojang a formar personas de bien es una responsabilidad dada por Dios. Creo que es necesario acompañar a los padres en la formación de sus hijos y también a los adultos que desean superarse y conocerse, para saber hasta dónde pueden llegar con esta disciplina marcial”.
Asimismo, Miño agradeció el acompañamiento recibido y extendió una invitación a la comunidad. “Quiero agradecer a los padres de los practicantes, a cada taekwondista examinado, a los instructores que me acompañaron y a mi padre de la vida, el Master ‘Lito’ Paccot, quien me instruye desde hace casi 38 años. Aprovecho para invitar a quienes quieran sumarse a esta hermosa familia del taekwondo”.
