Concordiense ahijado de Milei. Ezequiel Efraín Blanco, es nacido en Concordia hace 54 años y actualmente está radicado en la ciudad de Crespo. Desde allí relató a Diario Río Uruguay que fue a mediados de 2024 cuando decidió iniciar por su cuenta el trámite para recibir el padrinazgo presidencial, un beneficio tradicional para el séptimo hijo varón reconocido por el Estado argentino.
“En septiembre del 2024 empecé a informarme sobre los requisitos porque estaba dentro de mi deseo ser ahijado del presidente Javier Milei”, comenzó remarcando. “Les escribí una carta a presidencia y me respondieron de inmediato”, recordó. A partir de allí, comenzó un intercambio epistolar por correo electrónico, llamadas y mensajes de WhatsApp con la Secretaría de Padrinazgos Presidenciales.
En octubre reunió toda la documentación exigida por la normativa, incluyendo certificados de antecedentes penales nacionales y provinciales, y envió los papeles en formato físico a Buenos Aires, tal como se lo solicitaron desde Presidencia.
La respuesta oficial y la llegada del diploma y la medalla
Según contó, una vez recibida la documentación, desde Presidencia le confirmaron que iniciaban la verificación de sus antecedentes y del cumplimiento de la ley vigente. “A las pocas horas me contestaron, estaba todo en orden”, dijo. Durante ese proceso mantuvo comunicación con dos funcionarias del área, Silvia y Silvina, “que tuvieron un enorme gesto” en todo el acompañamiento del trámite.
Finalmente, desde la Secretaría le informaron que le enviarían la medalla, el certificado y el reconocimiento oficial. El material llegó por correo postal y Blanco lo retiró personalmente en la sucursal del Correo Argentino de Crespo. “Compartí la noticia con familiares y después se propagó porque algún familiar quiso darle notoriedad”, comentó.
En la entrevista, también aclaró un punto importante: no existió ningún trámite previo durante el gobierno de Carlos Menem, tal como había surgido en versiones iniciales. Explicó que su padre, por cuestiones de salud, “no podía hablar ni tomar resoluciones” y que, según pudo confirmar con su hermano mayor, lo único que su padre pidió en aquellos años fue un trabajo al entonces presidente, sin relación alguna con el padrinazgo.
Cambios en la normativa y la vigencia de la beca estudiantil
Blanco explicó que la figura del padrinazgo presidencial tuvo varias modificaciones en distintos gobiernos. Entre ellas, mencionó cambios que eliminaron la exigencia de que los hijos fueran consecutivos o que la familia no fuese ensamblada, así como la flexibilización del requisito histórico de profesar la religión católica apostólica romana, que ya no es obligatorio.
Lo que sí se mantiene vigente es la posibilidad de acceder a una beca educativa, siempre que la persona acreditada sea alumno regular y presente mensualmente sus calificaciones ante la Secretaría correspondiente. “Ese es uno de los puntos por los cuales recurrí al padrinazgo: para terminar mis estudios terciarios”, explicó.
Ezequiel Blanco contó que su objetivo es retomar el cursado de las carreras de Licenciatura en Turismo y Traductorado de Portugués en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), ya que este año no pudo hacerlo como alumno regular, por razones personales y de traslado.