

Maestra de Concordia en certamen nacional. El concurso "Docentes que inspiran" es una iniciativa del grupo Clarín y la empresa Zurich. En el mes de junio se postularon 2.100 docentes de todo el país, de los cuales se seleccionaron 24 semifinalistas.
Entre esas 24 elegidas quedó la concordiense Norma Benítez, que cumple con su tarea docente en la escuela General San Martín N° 53 y es dueña de una historia de vida que inspira.
En diálogo con Diario Río Uruguay, la propia docente explicó que se enteró del concurso "a través de las redes sociales y me anoté por anotarme, no esperaba llegar a este resultado", reconoció.
24 de 2.100
En ese sentido, mencionó que "esto fue en junio que me postulé y el pasado sábado -12 de julio- me llaman los organizadores del concurso, diciéndome que había quedado seleccionada como semifinalista dentro de los 24. O sea de 2100 postulantes, quedé entre las pocas semifinalistas".
Benítez explicó que las participantes “teníamos que enviar un video contando nuestra historia. Diciendo cómo y por qué decidimos ser docentes, cómo trabajamos el día a día con nuestros alumnos y qué cosas hacemos para inspirarlos".
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En su caso, agregó, "soy docente de educación primaria pero mi título me avala a dar Tecnología, entonces yo hace tres años que estoy trabajando como profesora de Tecnología”, justamente en el establecimiento educativo que funciona en la esquina de avenida San Lorenzo.
Por ese motivo, “siempre participo en la mayoría de los concursos que salen como Feria de Ciencias, Feria del Ambiente, también estuve el año pasado participando en el Docente Innovador".

Lo que viene
Por último, y volviendo a "Docentes que inspiran", Benítez adelantó que, para la próxima instancia, "tenemos un grupo de WhatsApp que lo hicieron los organizadores y de ahí nos van pidiendo distintas cosas, como, por ejemplo, un video con cuatro preguntas que nos hicieron y que ahora ya está circulando en las redes sociales".
De esas 24 historias, dentro de los próximos meses, "se van a elegir seis finalistas, de los cuales -posteriormente- van a quedar solo tres”.
En materia de premios, el docente que logre el primer puesto se llevará 14 millones de pesos, mientras que los dos restantes, serán "menciones que creo que se llevarían 5 millones de pesos cada uno".
La idea fija
Sobre su historia personal, Benítez contó que se recibió como profesora en el año 2019, cuando ya tenía 39 años de edad. Su vida y su formación estuvieron fuera de toda convencionalidad. “Nací y me crie en los montes de eucaliptos de la zona de La Tortuga Alegre, somos doce hermanos y mi papá siempre trabajó en los montes, por lo que vivíamos de un lado para otro, no teníamos casa y no teníamos nada".
A los nueve años, "a mi mamá le dijeron que nos tenía que mandar a la escuela por lo que vinimos a vivir acá, a Concordia”. Fue a esa edad cuando empezó su formación primaria, “en la escuela Lavardén, pero para segundo grado fui a la Escuela San Martín, donde justamente estoy trabajando ahora", remarca sonriendo.
Sin embargo, "hice hasta la mitad de ese año”, porque las necesidades familiares la obligaron “a salir a trabajar -con mis hermanos- como empleada doméstica, porque éramos muchos y económicamente no estábamos bien. De ahí ya no pude seguir más mis estudios primarios", destacó.
Persistencia
Pero la llama por aprender nunca se apagó, por lo que "a los 21 años de edad, cuando ya estaba casada y tenía dos hijos, retomé para hacer la primaria a la noche y luego hice la secundaria de noche también".
Tras ese periplo de esfuerzo, en el 2015 finalmente "me anoté en el profesorado de Educación Primaria y Especial, donde me formé y me recibí en el 2019”. A las ganas de aprender le siguieron de inmediato las ganas de enseñar, y a los pocos meses “empecé a trabajar y ya no paré hasta ahora", destacó la docente.
La mamá entre sus alumnas
Además, contó que actualmente "estoy alfabetizando a personas adultas por la Subsecretaría de Educación Municipal, en este momento tengo ocho”, con la particularidad que “una de las alumnas es mi mamá, a la que estoy alfabetizando”.

Sobre este grupo contó que “hace dos meses y medio que empezamos las clases” y en este corto tiempo, “los alumnos empezaron a escribir su nombre, su DNI, ya aprendieron bastante".
Como corolario dio un detalle emotivo. "Hace unos días les conseguimos, a todos, turnos para un oculista” y luego que fueron atendidos, “tuvieron que firmar y salieron recontentos, mandándome un audio de que por fin, por primera vez, habían podido firmar con su nombre, apellido y su DNI”. Reconociendo que, más allá de todo premio, “eso es algo que me emociona un montón, porque personalmente sé muy bien lo que es no saber leer y no poder valerse por uno mismo", expresó.