Daniel Ojeda, en breves declaraciones registradas por un cronista de <b>Diario Río Uruguay</b>, argumentó que no cree que “esté bien, el venir tres veces a la semana a firmar”, por lo que considera que pasó “de estar preso en mi casa a estar preso en la ciudad”.
Imaginando una hipotética relación laboral, el profesional agregó que “si tengo que venir a firmar tres veces a la semana, ninguna persona me contrataría”.
<h5>Familia</h5>
Ojeda manifestó que tiene “una familia a cargo, con menores” e insistió en su necesidad “de trabajar, básicamente, para llevarles el sustento”. Subrayando “que está pasando por una crisis económica”, ya que “la última vez que trabajé fue a fines de enero”.
“Con un sueldo de mi esposa – que es docente universitaria en la UADER – no la estamos pasando para nada bien”, sentenció.
<h5>Responsabilidades</h5>
Por último, el cirujano dijo que está atravesando la investigación sintiéndose “muy mal con todo lo que sucedió” y esperando “la oportunidad para decir mi verdad”. Señaló que estudió medicina para "salvar vidas", aunque recalcó que no espera “salir sin ninguna pena”; expresando además que “está muy apenado” por el caso mortal que desencadenó la causa.