En Entre Ríos, el Regimiento de Caballería de Tanques 6 “Blandengues” de Concordia y el Regimiento de Tanques 1 “Coronel Brandsen” de Villaguay formaron una columna blindada que buscó sumarse a la rebelión, pero fue detenida en la zona de Ceibas por fuerzas leales al presidente Carlos Menem.
El levantamiento del 3 de diciembre de 1990, bautizado “Operación Virgen de Luján”, fue el cuarto y último alzamiento carapintada. La sublevación se inició con la ocupación del Edificio Libertador, el Regimiento de Patricios, la fábrica de tanques TAMSE, el Batallón de Intendencia 601 y otras unidades del Ejército, en abierto desafío al mando del jefe del Ejército Martín Bonnet y al gobierno constitucional de Carlos Menem.
La asonada, que buscaba forzar cambios en la cúpula militar, terminó con al menos 14 muertos —entre ellos cinco civiles— y unos 200 heridos, luego de horas de combates en Buenos Aires y alrededores. Quince militares fueron condenados, y Seineldín recibió prisión perpetua hasta su indulto en 2003.
El jefe carapintada tenía además un fuerte vínculo con Entre Ríos: distintas reconstrucciones históricas recuerdan que su familia se radicó en la zona de Colonia Elía, cerca de Concepción del Uruguay, desde donde se proyectó luego la figura del militar que encabezaría la sublevación de 1990.
La columna entrerriana de tanques hacia Ceibas
Mientras se desarrollaban los combates en Buenos Aires, en Entre Ríos se organizó una columna blindada que pretendía marchar en apoyo del levantamiento. Crónicas y reconstrucciones periodísticas coinciden en que el mayor (R) Pedro Mercado, junto con un grupo de suboficiales, tomó por sorpresa material blindado y armamento del Regimiento de Caballería de Tanques 1 “Coronel Brandsen”, con asiento en Villaguay, y salió del cuartel en dirección a Villa Elisa. Casi al mismo tiempo, el suboficial principal Juan Carlos Godoy protagonizó una maniobra similar en el Regimiento de Caballería de Tanques 6 “Blandengues”, con sede en Concordia.
Con esos movimientos, tanques y vehículos de ambas unidades entrerrianas iniciaron un desplazamiento hacia el sur de la provincia, con el objetivo de confluir en la zona de Ceibas y desde allí intentar proyectarse hacia Buenos Aires, donde estaba el núcleo de la rebelión carapintada.
Fuentes militares y testimonios recogidos años después señalan que, ante la noticia de la columna de blindados provenientes de Concordia y Villaguay —e incluso de Monte Caseros—, las fuerzas leales comenzaron un operativo de bloqueo de rutas y puentes estratégicos, en particular sobre la Ruta Nacional 14 y los accesos hacia el complejo vial que conduce a la provincia de Buenos Aires.
Ceibas: el freno a los blindados de Concordia
El punto clave de esa maniobra fue la localidad de Ceibas, en el extremo sur entrerriano. Reconstrucciones realizadas a partir de archivos del Ejército y testimonios de ex soldados indican que allí se produjo el choque decisivo entre los tanques rebeldes y las fuerzas leales, con apoyo aéreo de aviones Canberra de la II Brigada Aérea de Paraná.
Para cortar el avance de los blindados, fueron voladas cabeceras de puentes en la Ruta 136, en la zona de La Horqueta sobre el arroyo Gualeguay, y también estructuras sobre el arroyo Gualeyán en la Ruta 14. Una de las bombas lanzadas por los Canberra, según se reconstruyó, fue arrojada de manera intimidatoria y no llegó a detonar, pero sirvió para frenar la marcha de la columna entrerriana y obligarla a detenerse y rendirse.
En esa zona se registraron además situaciones dramáticas para los conscriptos que integraban unidades leales: testimonios recogidos en investigaciones periodísticas describen cómo los soldados quedaron atrapados en plena ruta cuando pasaban los tanques rebeldes, y cómo luego fueron rescatados por tropas del propio Ejército que perseguían a los carapintadas.
El rol del Regimiento 6 “Blandengues”
El Regimiento de Caballería de Tanques 6 “Blandengues”, asentado en Concordia desde 1914, es una de las unidades históricas del Ejército Argentino y se reconoce como heredero de los blandengues coloniales, lo que lo convierte en uno de los cuerpos más antiguos en actividad.
En la trama del 3 de diciembre de 1990, distintas fuentes coinciden en que el regimiento concordiense aportó tanques y personal a la columna entrerriana, a partir de la acción de un núcleo de suboficiales encabezado por el suboficial principal Godoy, que se alineó con el mayor Mercado y con el sector carapintada.
La participación de Blandengues y del Brandsen de Villaguay quedó luego reflejada en investigaciones periodísticas y en trabajos de historiadores entrerrianos, como el libro “La última batalla. La trama entrerriana de la rebelión carapintada del 3 de diciembre de 1990”, del docente Abel “Pachi” Antivero, que reconstruye el robo de tanques, camiones y otros vehículos de esas guarniciones y el recorrido de la columna de blindados hasta su detención en Ceibas.
Juicios, condenas y un debate que sigue
En los años posteriores al alzamiento, la Justicia federal confirmó las condenas contra los principales responsables de la sublevación, entre ellos Seineldín y el propio mayor Mercado, señalado como “jefe natural” de la columna entrerriana.
A 35 años de aquellos hechos, la jornada del 3 de diciembre vuelve cada año como fecha de balance y memoria: marca el último intento serio de ruptura del orden democrático por parte de sectores militares, pero también permite revisar el papel que tuvieron unidades concretas del Ejército, como el Regimiento 6 “Blandengues” de Concordia, en un episodio donde los tanques entrerrianos llegaron a ponerse en marcha, pero terminaron frenados en los campos y rutas del sur de la provincia, antes de cruzar hacia Buenos Aires.
Redacción de Diario Río Uruguay en base a las siguientes fuentes periodísticas
Análisis. Memoria Frágil y elúltimo levantamiento carapintada en Entre Ríos
Revista La Ciudad: Aniversario del último alzamiento militar contra un gobierno democrático. La situación en Entre Ríos.
Libro “La última Batalla. La trama entrerriana de la rebelión carapintada del 3 de diciembre de 1990”, del escrito entrerriano Abel Antivero.